Cuando vi que la lectura era en inglés me llevé un susto, porque no sé mucho inglés, y pensé en lo difícil que me iba a resultar leer el artículo. Pero para nada, resultó muy fácil, quitando solo unas pocas palabras y giros.
Leyendo este artículo, pienso en la biblioteca que hay donde trabajo. Ahí no ha llegado la web 2.0 ni nada que se le parezca. Es la típica biblioteca de hace 20 años, por lo menos, en lo que respecta las nuevas herramientas 2.0.
Es necesario que las bibliotecas y los bibliotecarios se adapten a los nuevos tiempos, a las nuevas tecnologías y a las diversas clases de usuarios. Una biblioteca que no se adapte está abocada al fracaso.
Aunque puede que a la biblioteca en cuestión no le importe demasiado, como es el caso de la biblioteca de mi trabajo. No morirá porque es pública, pero tampoco ganará usuarios ni se promocionará hacia el exterior, hacia la sociedad, cosa importante en mi trabajo.
Los bibliotecarios deben aprovecharse de estas tecnologías y herramientas 2.0 para hacer medrar su biblioteca y mantener un alto grado de satisfacción entre los usuarios.
Hoy en día aún tienen relativa mala fama las redes sociales, porque se ven como pérdidas de tiempo en los jóvenes, que se dedican solo a chatear y a hablar con los amigos. Pero no estoy de acuerdo del todo con esta afirmación, porque bien usado, por ejemplo, el Twitter, puede ser una herramienta muy útil de conocimiento y de comunicación.
Pero hay gente que las sigue rechazando y las ven como algo negativo, y se vanaglorian de no utilizarlas. Esto, esperemos que se dé (cada vez menos) entre gente alejada de la profesión. Porque entonces, tenemos que suponer que ésa es una persona que no va a medrar nunca en su trabajo, y su biblioteca se quedará anclada en el pasado. Esto es algo inconcebible en el mundo de la información y de la documentación.
Saludos!